Los montes extrañados, Villamantilla, Primavera 2018. |
Primavera inclemente, que no me miras de frente. Desnúdate y deja paso a la calidez de un verano incipiente. Impidamos que sea insulso. Convirtamos, cada instante, en memorable.
Primavera, te quiero. Remueves, despiertas, erizas la piel; para después echarte a un lado. Jamás debieras desaparecer, pues las mentes despiertas todo el año claman primavera.
Sal de la sala, pero no marches muy lejos. Y, en tu próxima visita, compartamos un gran sueño.
Esta vez viniste cargada de ambivalencias, espero que Verano traiga claridad y afinemos objetivos y gustos. Todo está un poco revuelto, aunque frondoso. Las hermosas ramas crecen con fuerza, pero desordenadamente, como los amores insurrectos. Mientras tanto, disfrutemos de un ahora sobrecogedor, como experiencia.