sábado, 21 de mayo de 2011

Poses

[29.04.11]

Los que estaban perdidos, perdidos continúan. Pero hay algo que ha cambiado sustancialmente: la época de arreglarse lo menos posible y los estilos urbanos. Ahora toca parecer señoritas. Y si pueden ser, señoritas con escote, pintalabios y tacones. Sus pretensiones de elegancia son permanentes fracasos, no son señoritas, y menos de clase alta con esa ropa a la que les sale pelotillas tan pronto.

Yo no quiero ser una señorita. O no me ha llegado esa fase, o sencillamente no quiero saber nada porque no me va disfrazarme en mi vida diaria. Porque no es cómodo hacer todo eso que parece que queda tan bien. Ser una señorita es asqueroso. Tanto como no ser claro. Tanto como una decepción. Incómodo. No digo que no se pueda ser elegante, o tener estilos más “puestos”, hablo de la pose, de todas esas fotos en las que salen con esas faldas altas, los collares largos como en aquellos años de nuestras madres, cuando bailaban rock n’ roll con aquellos rockeros de pose esnob que tanto les atraían. Ésos James Dean que deambulaban por aquel Madrid. El Madrid que vive en el recuerdo de muchos que extrañan la época, mientras otros parecen no percatarse en absoluto de nada. Pero creen vivir.