miércoles, 28 de septiembre de 2016

Esta casa está vacía

Cualquier día me invitarás a tu boda y de nuevo sentiré ese vacío extraño que me invadió la primera vez que visité tu casa. Y entonces aquel no hogar que me produjo innumerables sensaciones incómodas volverá a presentarse ante mí sin escapatoria. Como si pronto yo también me dirigiera a estar dentro de la cárcel en la que te encierras cada día.

Aquel día pensé “esta casa está vacía” y no te sentí capaz de llenarla. De calor, de color y de todo éso que hace mágicos a los espacios.

¿Dónde están las niñas que fuimos? Rodeadas de verdor y de ilusiones gigantes. Cada paso nos hacía despertar de alguno de los letargos de la cotidianeidad (o eso solía creer). Sumidas en un paraíso real caminábamos de la mano, compartiendo cada éxito y fracaso, unidas en una fraternidad monacal.

Ayer me cambió la vida, ¿sabes? Pero esta vez no te has enterado de nada, no has opinado, no has surcado el hoyo de mis lágrimas, no me has aconsejado, ni has trotado sobre reflexiones, té y manualidades.

Te extraño (supongo).

jueves, 22 de septiembre de 2016

Sólo lluéveme y bailaré contigo

Otoño, que te encuentren pronto. Sí, esos que creen que solo ofreces nostalgia.

Ven a mí, dame frescura en el rostro, empáñame los ojos con lágrimas sinceras que me liberen de pesares enquistados. Hazme sentir viva. Sólo lluéveme y bailaré contigo.

Trae a Nostalgia contigo, que tan entrañable me resulta. Envuélveme de pasado para darme fuerzas que me ayuden a afrontar un presente nada piadoso.

Haz que tus colores embriaguen mis sentidos. Regálame el olor de los membrillos recién cogidos del árbol, el aroma del fuego vivo y el de la hierba mojada (hedor que siempre me recuerda a aquel chico argentino que se rindió).

Otoño es muerte y reconstrucción. Otoño es ocaso y aurora. Otoño, no eres triste, eres regenerador, eres sana purga. Desecha todos los elementos radioactivos de mi alrededor, hagamos juntos una hoguera de fidelidad a los principios. Tienes la mágica capacidad de enamorarme cada año. Tú y yo, Otoño, démonos la mano y recorramos juntos algún rincón desconocido. Devuélveme el ímpetu que no hallo. Dame vientos fuertes, para que pueda respirar la vida con frenesí. 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Incluso la voz se apaga

"Estancias reflexivas", Madrid, 2012

La decepción es amarga. Su sabor desprestigia el propio ser al hincar la culpa de haber creído en una realidad que finalmente no es tan real. Además, desprestigia a la propia realidad, que se sume en la mediocridad.

Entonces mirar hacia adelante se hace complicado si las bases de las que partías no son las vigentes. Todo cambia alrededor y te embriaga esa sensación de que nada merece la pena. Un sentimiento de pérdida, que constituye un nuevo golpe que dificultará la confianza en la próxima lucha, la fe en un futuro más digno. El deseo de vivir por algo se tambalea.

¿Cuál es tu motivo para vivir? ¿Merece la pena sufrir todas las decepciones que entraña el día a día? Cotidianeidad tiene preparadas un sinnúmero de ellas para cada persona. Pierdes la energía, incluso la voz se apaga en un amago del cuerpo para mostrar su ineptitud, su disconformidad con las alternativas viables. Eres casi muda, de repente. Y te duele. Y deseas dejar de ser díscola, lamentando sentirte única. Y te desesperas, te encierras, te entierras. La tierra se te mete en los ojos, en las uñas, en los pies, y empieza a fusionarse con tu cuerpo (el cuerpo, ese gran olvidado en pro de una mente tan cultivada). Tomas conciencia de que tienes en propiedad una realidad física que te contiene. Y vuelves a dudar. ¿Será realmente tuyo tu cuerpo? ¿Tienes realmente los derechos completos de esa cárcel anodina?

sábado, 17 de septiembre de 2016

Siempre te sentí omnipresente

Me dabas la mano y caminábamos, por altas y bajas rocas. Ella se quedaba lejos y nos observaba con cierto temor de madre. Me convertiste en una niña intrépida haciéndome creer que tenía alas, que podía enfrentarme a todo.

"La niña intrépida" ,199... Galicia

Subíamos. Bajábamos. Observábamos el mar, sus idas y sus venidas; todos los animales que estaban presentes en la escena, acompañando el dulce momento en el que aprendí a creer en mis pasos.

Después, un día, me soltaste la mano; pero desde entonces te imagino a mi lado y nunca me siento sola del todo ante la adversidad (siempre te sentí omnipresente).

Por favor, no te alejes. Aunque ya soy mayor todos podemos necesitar que alguna vez nos tiendan la mano.

Eres el padre que hubieras merecido tener. Soy la hija que mereces.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

A la Reina de las melodías

Reina de las melodías. Sí, Reina. La música te habita. Y percibirlo es fascinante.

Aunque ya no somos niñas, ni adolescentes, ni tan parecidas como solía creerme, tenemos una larga y preciosa historia, un camino repleto de crecimiento y aprendizaje.

Seguimos juntas en esto. Y en eso. Y en aquello. Solo hemos tomado desvíos temporales, algunos más difíciles que otros.

La risa nos acompaña siempre. Toda situación (o casi toda) es susceptible de ser decorada con el humor más absurdo, el más ingenioso, el más valiente o el más cínico. Cualquier rato es divertido sólo porque tu presencia lo engrandece a un nivel que nadie alcanza.

Quizá, la mordacidad se esté apagando y ahora pasemos a explorar nuevos géneros, pero la risa siempre será uno de nuestros fuertes.

Una vez alguien nos dijo que compartíamos mente. Y luego otro alguien lo volvió a decir. Mente colectiva. Te considero una parte de mi ser. Somos lo que soy y soy lo que somos.

Eres toda una Protagonista en mi vida, y las protagonistas nunca mueren en una buena historia.

"Kárate en la primera playa", Costa da Morte, verano 2016

martes, 13 de septiembre de 2016

Encontrando el Norte

Costa da Morte, Verano 2016 (J. Dasein)

Llegamos. Paisaje abrumador, niebla y olor a eucalipto. Vuelta a la infancia, aquí pasé grandes veranos. Aquí yace LA playa, llena de cálidos recuerdos que me abrazan. Parece que las piedras hablaran por sus miradas tenues. El mar, si le escucho, me susurra.

Últimamente ni siento ni padezco, estoy fría. Y aquí parece que las sensaciones se vuelven más intensas. Se siente el frío y me siento más viva. Por fin. Poco a poco. Ya sabes, el éxtasis de la Naturaleza.

Quiero dejar un hueco para ti en cada etapa, en cada año. Ya no quiero perderte más, Norte. No me pierdas tú.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Te vale todo, epicúreo

Estás ausente, pero activo; olvidadizo y distraído. Permaneces ajeno a todo lo que no te interesa y muy atento a lo que tiene el poder de atraparte. En cambio a veces parece que todo te interesa en esta vida.

No soy ninguna bruja, no me mires así; sonrisilla perenne que puede incomodarme. Te haces el tonto. No me temas, mímame.

¿Cuánta sabiduría esconden esos ojos burlones? Esa sonrisa inquieta, esos abrazos seguros.
Francamente, me resulta excitante como combinas ese aire despreocupado, incluso pasota, con un respeto casi insultante.

Te vale todo. To-do. Ni tienes ni quieres tener filtros. Crees que todo es crecer y aprender. Puede ser. En realidad adoro que no tengas filtros, y que devores libros, y que seas un epicúreo. Dame margen y seré más libre. Encógete de hombros cuando te haga una pregunta y no dejes de sonreír. 

viernes, 2 de septiembre de 2016

Me gusta ser tu compañera

Eres una ventana abierta, una luz de madrugada. Un viento que remueve los pensamientos y hace que vibren los cimientos.

Eres la bondad personalizada. Inconmensurable altruismo errante. Amas la humanidad. Quieres ser perfecta para ti, para tus hermanos, para tu dios,  con todas las constricciones que esta meta trae.

Te sabes imperfecta pero aspiras cada día, a un mañana más digno para ti y tu enorme familia mundial. El sentido de pertenencia a una comunidad te hace grande y pequeña a la vez, pero sabes explotarlo muy bien y desarrollar tus capacidades. Te creo feliz, ¿lo eres?

Hoy, cuando hemos hablado de porqué vivir, por primera vez en mucho tiempo me he sentido comprendida. Compartimos esa ansia por avanzar y ser cada día un poco mejores, esa lucha por superar nuestras miserias, tan humanas como tu bondad.