He vuelto a LA playa, quiero decir, a la Playa de mi Vida.
El precioso lugar en el que me enseñaste a reconocer mi poder dentro de un
mundo miserable, a apreciar la vitalidad de cada momento que nos es regalado, a
ser humilde y a defender los más puros ideales. Por ti creí en las almas.
Recorriendo de nuevo todos los lugares encantados en los que
tanto me enseñaste, miles de sensaciones invaden mi ser. Te extraño, lo sé. A
la vez que te siento muy cerca, como si estuvieras en cada mirada, en cada
abrazo; apoyando mis pasos como siempre hiciste (aunque a veces tuvieras luego
que agacharte y tenderme la mano cuando caía).
Te respiro. Estás en mí, repito. Igual que yo estaba en ti. Te
respiro maestra, como respiro a la Vida.
"La Playa de mi Vida", J.Torres Sialer, Leis (Galicia), Agosto 2013 |
La calma de los gigantes rocosos (cuya enormidad proviene de
su fuerza y no siempre de su tamaño), impregnada de un aroma a mar que se cuela
por debajo de la piel; me recuerda a esa paz tan perfecta que tanto cuesta
reencontrar cuando se está cerca de la gran urbe. Esa paz que muchas noches comparto
con la Luna.
La Naturaleza, como la Música, siempre está ahí, haciendo
que recorras esos mosaicos de sensaciones que a ratos dilatarías infinito.