domingo, 4 de mayo de 2014

Ansias de estío

Ansias de estío aquí, en donde el tiempo se enlentece, donde todo pasa más despacio, donde los olores son más intensos, donde los colores son más pálidos, secos e incluso oxidados. Aquí donde se inventó el calor, donde la humedad intenta asfixiarte si te paras un solo segundo, si te detienes o miras hacia atrás.

Pero la mar, la mar no está en calma; la mar está revuelta, revoltosa. La mar está moviendo todos estos corazones. Y no dejará de hacerlo hasta que ellos quieran permitirlo.

Ansiado estío por los jóvenes, y ansiado estío por los viejos. La marabunta pide el calor, el ambiente estival desenfadado, sin ser conscientes de que ellos mismos lo están generando, de que esa petición puede llegar lejos. Sin ser conscientes de los riesgos que entraña,  apabullados buscan el verano, como su elixir del deseo, como si con eso resolvieran todos sus problemas. Lo esperan como purga de su presente decrépito; porque en el pasado funcionó,  porque aquel verano purgó sus vidas, porque parece que puede que fueran mejores después de ese verano… ¿Será cierto?
El verano no cambia vidas, compañeros de existencia; el verano perece, y nosotros continuamos la vida cuando ya ha pasado. Somos nosotros el cambio. El cambio está en nuestras mentes, en nuestras vidas, en nuestros aires, en lo que queramos hacer de nuestro ahora.

http://vimeo.com/25968181