La Tierra Roja

5.8.17 - Madrid
Todos los viajes, de alguna forma, marcan un antes y un después. Generan despertares, afianzan principios, destapan inquietudes…
Viajar es crecer a través de nuevas experiencias, nuevas escenas y escenarios; a un ritmo apasionado, intenso.
Volver de un viaje es romper una burbuja sin querer y quedarte con la cara salpicada de jabón mirando al tendido, con la mente pendiente. Recordar los colores, olores, sabores; y revivirlos. Y desear seguir respirándolo, hacerlo vívido. Volver a ese paseo, aquella comida, ese beso… Nostalgia anticipada.
Pero, a la vez, qué mágico es también volver. Poder dormir en tu cama, volver a conducir, ver que (casi) todo está como lo dejaste, saber que hay quienes te esperan. El valor del sano regreso es demasiadas veces ignorado.

2.8.17 – La Habana
Habana, no llores, dulce y arcaica ciudad. Es fácil respirar los vestigios de tu pasada grandeza, que aún están vivos hoy.
Eres escenario que me transporta a otra época. Hueles a gasolina, a vicio, a pasado grandioso, a pasto de millonarios despiadados, a humildad arrinconada.
¿Quién de los llamados “grandes” no ha paseado tus aceras en un coche antiguo de elegancia crepuscular?
Cuba, lo que me llevo de ti es una sorpresa, un intercambio, un sano paseo, no exento de cierta decepción. Y, ¿por qué no? Ganas de volver para respirar las zonas que no llegué a pisar. Gracias, vosotros, que siempre estáis ahí.
Gracias, nación “chica”, por todo lo que ofreces a un alto precio.




31.7.17 - Un nuevo mundo fascinante (Cayo Coco, Cuba, Verano 2017)
Vacío. Coral. Colores desconocidos, inimaginables. Despertar, bajo el agua, en un nuevo mundo increíble.
De cómo respirar aire comprimido te puede hacer sentir más libre. Bajar a las profundidades, sin contemplaciones.
Vacío, intensidad, nada alrededor. Abro los ojos y ahí están, millones de seres vivos desconocidos e impresionantes. De colores imposibles, de texturas inimaginables. Y, me voy del mundo, de repente. Llego a otra dimensión, acuática, submarina, donde las reglas cambian, de golpe. La gravedad varía, el tiempo y el espacio se sacuden la prisa y me centran en el instante, cargado de sorpresas.
Plantas que se mueven, cambian de color, desaparecen y vuelven a aparecer; mutan delante de mis ojos atónitos. Un centollo del tamaño de mi cabeza, una caracola más grande aún, con un cangrejo intrépido en su interior. Un pez que rodea mi cuerpo con su danza. Una estrella de mar, inerte, enorme, colorida. Erizos de mar, chimeneas, calamares, peces aguja, sardinas. Múltiples tipos de seres marinos navegando mientras me apasiono con la escena, nueva y fascinante.
Después, un final abrupto que mi mente no respeta. Quiero seguir ahí más tiempo. El nuevo mundo me ha atrapado, enamorado; y no quiero saber nada de la realidad mundana.
El mundo submarino ha secuestrado mis sentidos.

30.7.17 – Morón, Cuba
Aquí, ahora. Es imposible no perder la noción del tiempo. Desechar el pasado y el futuro. Acercarse a un intenso presente que descansa sobre mí. Pesa, inerte; y lo siento como una deliciosa bienvenida a un nuevo lugar, a una nueva aventura, llena de gente abierta y acogedora, cálida e interesada.
Una losa que no me puedo quitar de encima, ni quiero. Presto atención, a pesar del fatigante calor, a cada gesto, detalle, cada sonrisa, cada nota musical. Me sorprenden las alegrías inesperadas, me divierten las bromas locales y me fascina la naturaleza.
Cuba, aún, tiene mucho de auténtica, de esencial. Su historia puede olerse en cada rincón, repleto de vidas ajetreadas y sacrificadas, colmado de destinos truncados, suertes y sueños.







27.7.17 – La Habana
Cuna del vicio de un mundo de ayer.
El malecón acoge paisajes sociales parecidos a cualquier ciudad levantina española. Se respira tranquilidad, estabilidad, seguridad.
La Habana te espera, al sol.


26.7.17 – La Habana
Vieja, elegante, sucia, colonial, descuidada. Habana, hueles a gasolina, a tiempos pasados de gloria, a silencio institucional. Tus gentes no tienen prisas y bailan el son con el tiempo.

Habana bella que no te dejan resucitar,
Habana bella que me atropellas,
con tu calor húmedo y tus aires de grandeza.

Eres mañana, eres sol;
eres atardecer y noche crepuscular.
Bullicio, manís
y frutas tropicales.
Eres una Revolución de los sentidos.
Eres 26 de julio.
Vieja, elegante,
sucia, colonial, descuidada.
Volvamos a empezar.



25.7.17 – Valle de Viñales, Pinar del Río, Cuba


24.7.17 – Habana Vieja

No se equivocan los que llaman a América “otro mundo”.
El tiempo, en La Habana, se ha quedado detenido. Escenario perfecto para una película de acción, o suspense. Las calles, llenas de calor, músicas y colores. El cielo, bipolar, iluminado y, de repente encapotado y llorando.
El malecón, un rincón largo, para observar todo lo que sucede, todos los seres que habitan la ciudad. Y recordar tus orillas, en las que tanto gozaba varar.
Las gentes no abren sus miradas, no comparten su corazón con cualquier forastero. Una suerte de distancia tácita asfixia todo ápice de intercambio real.
Este es uno de esos lugares del mundo en que la identidad del turista se superpone, apisonando, sin voluntad alguna, al oriundo. Servidumbre inconsciente, servidumbre incoherente. 



Cuba es Sur, La Habana, Verano 2017


Lo que queda del Barrio Chino, La Habana, Verano 2017


23.7.17 – Lastres arrinconados (La Habana, verano 2017)
Un largo encierro rodeada de desconocidos, compartiendo estrecho espacio. Trayecto necesario para ver la luz.
Aunque, en efecto, ya me he ido; todo lo que debería dejar atrás revolotea en mi mente. Moscas ansiosas de comer mierda dan vueltas y vueltas ahí dentro, produciendo un incómodo dolor.

Los pensamientos vienen y se van. De inmediato. Por fortuna. Pero  no dejan de entrar. Inevitablemente recuerdo esa curiosa forma tuya de hacerme parar, de reconectarme con el ahora. Esa magia que ya extraño, ya que el ansia por descubrir, no puede, por ahora, con todos estos lastres arrinconados.


Adéu (Barcelona, España, Invierno 2017)

La Rambla te sonríe y eso que tú te preguntas qué haces aquí; por qué no te parece mágica, atractiva, esta ciudad que si algo hace es respirar.
Estoy tan cansada que apenas puedo decirte a qué huele. Desde luego, tú, tú hueles a experiencias, a calor, a dulzura, a fortaleza… ¿A qué te huelo yo?

"Callejón", Barcelona, Invierno 2017

El idioma imperialista se impone y me anula en algo. De repente, sólo pienso desde él y, las palabras, huidizas, bailan una sardana.

Como tantos, anhelo la independencia, pero no de ti, tierra respetada, sino de todo lo que me hace daño. Adéu pesebre, adéu pan. 2017 es el año de la valentía.


Encantadora ciudad gala (Lyon, Francia, Otoño 2016)

La ciudad de los jóvenes despierta fría. Las nubes no pueden contener todo el movimiento y la luz blanca. Se espera un día frío y denso. Repleto de intercambios de ideas, debates y el descubrimiento de nuevos rincones. Encantadores lugares moran en la ciudad gala. El olor a pasteles y crêpes invade cada esquina y convive con el olor a humedad y cemento.
Grandes parques albergan paseantes despistados y parejas (los parques siempre fueron enjambre de vidas pasajeras). Pongo una canción que me hace sentir en casa. Resulta tan fatigante no oír tu idioma en ningún momento del día...



Lyon desde la colina Fourvière, otoño 2016

Y...sí. Me acuerdo de nuestro paso por la bella Lyon, de la mano, haciendo miles de las nuestras. Hoy habrías hecho muy buenas fotos en los traboules que nos perdimos aquella vez por las prisas. Y te hubieran obnubilado, como a mí, los jóvenes músicos que amenizaban la plaza con versiones de banda ronckanrolleras. Hubiéramos grabado un videoclip de lo mas circense. Cuando te he recordado no he podido evitar hacer una foto panorámica a esa vista de la ciudad desde la gran catedral que custodia la ciudad desde la colina.

Nostalgia de otoño. Otoño de vida. He olvidado el mundanal ruido rápido, lo he cambiado por aire fresco, chocolat chaud y buena compañía. Qué tan fácil parece cuando tomo la decisión de largar y qué imposible lo imagino cuando estoy dentro de la maraña. El enjambre destructivo de la rutina propia.

Encontremos un momento inspirador cada semana, para no morir en vida, cualquier día, sin apenas notarlo.



El campo del Norte (Lyon, Francia, 28/10/2016)


El silencio me acuna. Mece mis sentimientos con deliciosa serenidad. ¿Por qué no haré esto más a menudo? Vagar por nuevos parajes, sin prisas.
Estremece el fresco de otoño y asienta el rayo de sol inquieto, que penetra despejando tempestades. Calor, frío. Frío, calor. Humedad y teces claras. Cielo y tierra verdores. Olor a montes húmedos norteños, que saludan en la mañana. Bonjour, felices vacaciones. Entrañables.
El silencio siempre fue un buen pastor.

La isla inspiradora (Kizhi, Rusia, verano 2016)


"La isla inspiradora", Kizhi, Rusia(Verano 2016)

Pasaría un verano aquí, en la isla inspiradora. La naturaleza es única, con su capacidad para llevarnos al origen y hacernos renacer en un bucle de sensaciones cuasi primitivas. Aquí huele mucho, a tiempos inmemoriales, a humedad, a vieja y nueva madera y a hierba fresca. El rocío del amanecer hace a las hojas de las plantas brillar, en sintonía con las nubes del cielo, que reflejan un sol protagonista en esta primera mañana de agosto en el norte de Europa. 

Unas voces profundas penetran en mi cuerpo, reververando. Vibra, mente, vibra, que mañana volverá la quietud del nuevo conocimiento asentado.

La frescura de la ribera fluvial se siente en el rostro. La madera, acogedora, envuelve a los seres con la vieja resina del olvido. Las barcas se mecen bajo el sol y los pájaros las contemplan viajando en círculo, enseñándonos que los ciclos son naturales y caracterizan toda evolución.

Aunque un ciclo de espacio-tiempo te atrape, y camines durante horas en círculo por un mismo lugar, cada momento tendrá algo nuevo que admirar.


Un día cualquiera (conviviendo)en San Petersburgo (Rusia, verano 2016)

Luminoso, veraniego y verde día. Aunque ya nada es tan impresionante, aún hay deleites, pequeños asombros y divertidos detalles en los que entretenerse.

La diversidad de España, bajo una mirada económica, nuevamente la dicotomía Norte-Sur estrechándose la mano, con desconfianza. 

Ciudad ruidosa, atolondras, bullicio urbano que no pereces.

-------------------------------------------------
Marruecos (Sidi Ifni, Marrakech, otoño 2015)

Día 6


La calidez de la Tierra Roja no existe sólo por el clima, las personas le aportan ese fuego de vida que colma los momentos. En África es posible recuperar la fe en el ser humano. Puedes encontrar un altruismo desmesurado, incomprensible y casi inadmisible; y a la vez el pillaje más extremo y violento. Especias. Volcán. Desierto. INTENSIDAD. Devoradora, apabullante y a la vez apasionante.

Hasta la próxima.

Día 5


Enrédame en tus ojos alegres, llena los momentos de fruslerías. Riámonos del reloj, juntos y revueltos. Enséñame a alegrarme como sólo tú sabes hacerlo para que, siempre que quiera, sucumba a la alegría mortecina, al estatus vacuo. La niebla enturbia, los campos resisten. Espérame a la orilla del calor, donde respira el verdor y la piedra refuerza la presencia de un “nosotros”.

Día 4


La diversidad puede ser imperceptible en la comodidad de los ojos cerrados. El miedo emerge impidiendo conocer la alteridad y dejándote débil, vacío, disminuyendo tus opciones.

Puerta cerrada, Sidi Ifni (Octubre 2015)

Día 3


Querida, volver a verte es un regalo. Tan leída, viajada e internacionalizada. Asombra tu adaptabilidad y tu compromiso con el trabajo. Toda una vida en tu morada, mezclando trabajo y hogar, hogar y trabajo. No te hace falta salir y viajar, compañera, pues el mundo viene a ti y tú eres capaz de verlo sin fronteras.

Día 2

El vacío está tan lleno… Interacciones, conexiones. Un perro valiente e intrépido, una ceremonia curiosa. Tomar té, “en familia”, un planazo.
Huele, Galicia, a ti. La playa tiene un encanto fascinante, con reminiscencias de La Playa. Y lejos. Tan lejos que un soplido es insignificante. Pero no un suspiro nostálgico que rompe el gargajo, lo suficiente para esculpir algún recuerdo con lágrimas dignas, alegres y tiernas.


Atardecer en la playa de Sidi Ifni, Marruecos (2015)

Una libertad que atraganta de placer. Un ardiente sol que acompaña cada paso; una luna cómplice, clandestina. Una brisa sublime que acaricia los recuerdos y mece el ahora con un descaro vertiginoso y fugaz.
Un lamento suave, de no tenerte cerca aquí, ahora; se difumina y reaparece, por momentos. Y un lápiz dibuja cada jornada sobre un lienzo blanco, vacío, que es cada viaje.


Día 1

El tiempo está vacío, si lo miras de frente. Lléname de transparencia opaca, vacíame los sueños. Empecemos de cero, volvamos a nacer, en esto. Reset, frío, sin contemplaciones. Y a ver qué sucede. Espero con ansia ese momento.


Callejones de la ciudad ex-colonial, hoy (Marruecos, 2015) 

Tiempo, llena mis circuitos de aire, te presto mi alma un momento; para que me ayudes a resucitar viejas glorias, a vaciar llenos y a llenar vacíos, a despertar con el ímpetu del ayer que marchó como hacen las hojas en otoño, sin miramientos. Sin prisa. Sin pausa. Siguiendo un camino corto y recto. ¿Retornamos?
Trae granos de mostaza, Tiempo. Hagamos de este Otoño una etapa memorable, respiremos a la par, por una vez, desde hace tanto.
Ven. Te espero frente al mar del Sur.





“El poder de la llama” (España Rumbo al Sur, Marruecos 2014)

Ya comprendo el por qué de tanta intensidad. La Tierra Roja como concepto es grande, poderosa, fuerte; tanto que atrapa incluso dolorosamente. No es idealismo barato, ni únicamente inquietud ante la diversidad. Representa, la infinitud, como las eternas dunas del desierto.

Esto es tan intenso que conectar conmigo me resulta agobiante. Cualquier percepción registrada y sentida como cercana hiere.
En la mayoría de las ocasiones las sentencias de la Naturaleza son imperativas, taxativas e irrevocables. La inmensidad y otras tendencias a la infinitud son inconcebibles por su carácter inhumano. ¿Acaso esta incomprensión está relacionada con la voluntad, esa tan esencial cualidad humana? ¿Tiene esto que ver con las incombustibles ansias de conocimiento y control de los seres humanos?

España Rumbo al Sur representa el gran reto de vivir, el caminar descubriendo. La inmersión más plena y sublime en un vivir intenso, apasionante y enriquecedor.

La convivencia continua es el contexto de aprendizaje. No es solo embarrarse, mojarse; es salir del fango con lecciones aprehendidas, es absorberse hacia adentro sumando conciencia a nuestras acciones bajo la orientación de la brújula de la justicia social. Es intensificar las experiencias, ser niño/a.

Siempre que os llaman “los niños” me quejo insistentemente, porque, aunque sois esponjas, estáis vivos, creciendo constantemente (como todas las personas), pero formados o a punto de formaros en las estructuras más básicas que sentarán las bases de vuestro mañana.
De todas formas, queridos expedicionarios, si algo os pediría es que por favor no dejéis nunca de ser niños.



La estancia en la ciudad de la esperanza… (Tetuán, Marruecos, primavera 2012)


23/05/12
Hoy Tetuán me ha abrazado. He sentido sus brazos rodeándome. Y también la esperanza de las sonrisas de sus gentes y el frescor de sus parques y el aroma de los caracoles recién cocidos en los puestos de las calles.

Se van a acabar para mí…

el rghaif con queso y mermelada de fresa y el té de algunas mañanas en la cafetería genial,
el cous cous de los viernes,
los espectaculares zumos de diversas frutas,
los colores de las ropas que se venden en la Medina,
las sonrisas de los profesionales de Hanan cada mañana,
el tagine que prepara mi adorable vecina de Marrakesh,
las sesiones de belleza con la peluquera fresca,
los chapuzones y la charlatanería en la piscina con la monitora respetuosa,
las cenas con purés de verdura fresca e intentos fallidos de recetas españolas,
los agradables paseos solitarios y la sensación genial de estar perdida en otro país,
el choque cultural bestial derivado de pequeñas y grandes cosas,
el saludo amable en español del chico con discapacidad que vigila las instalaciones,
la acolchada y espléndida almohada de mi cama,
y las risas derivadas de las situaciones más surrealistas y absurdas.

Pero también se van a acabar…

la invencible plaga de hormigas de la cocina,
la luz asesina que me ciega cada mañana,
el polvo que se me echa encima cada vez que salgo y me topo con la ruidosa obra de enfrente de casa,
los vomitivos olores a pescado en el mercado de la Medina y sus resbaladizos y mojados suelos,
el serrín del carpintero del portal contiguo que piso cada tarde,
el agobiante fantasma que me persigue y me vigila como si le fueran a pagar si volviera a casa sin un solo rasguño y más gorda,
las desobedientes ondas de mi sano cabello,
y los dolores de cabeza y las náuseas matinales repentinas.

Lo cierto es que, aunque he estado muy a gusto y me dé cierta pena marcharme, no me duele. Me siento llena de energía.

"En medio del mar de coleópteros y restos de bivalvos",
M'diq (Rincón), Marruecos,
Mayo 2012. Foto por: A. Moudden.


22/05/12
Los jóvenes con discapacidad están muy despiertos, son alegres y activos. Me han acogido muy bien. Es curioso cómo algunos adultos te dicen “no español” y no intentan más,  y los jóvenes, que ni saben español ni algunos de ellos un correcto árabe dialectal, se atreven a comunicarse haciendo satisfactoria la interacción. He descubierto que se pueden comunicar muchas cosas sin pronunciar ni una sola palabra. El intercambio cultural ha sido muy interesante porque todos rondábamos la veintena de edad y nos hemos identificado de alguna forma compartiendo un taller de pastelería fabuloso.

En general los tetuanís se atreven a intentar hablar español, incluso los que no tienen ni idea (no como los españoles con el inglés u otras lenguas) pero algunos adultos no deben querer saber nada de extranjeras que enseñan el cuello.

Tetuán es una ciudad bastante influida por España, pero hay aspectos que varían si nos adentramos en las montañosos pueblos rifeños en los que a tan sólo unos kilómetros los matrimonios de conveniencia siguen practicándose, haciendo infelices a los culturalmente sometidos cónyuges. A veces se me olvida que esto también es África, pero me vuelvo a acordar cuando les veo comer con las manos.

"Diversidad en la ciudad", Tetuán,
Marruecos, Mayo 2012.


21/05/12
Sigo sin comprender el interés de algunos locales en compartir su tiempo conmigo sin prácticamente posibilidad de comunicación. Me temo que hay cosas que no llegaré a comprender ni en el momento de mi partida.

He sentido la calidez de los profesionales de Hanan ante la noticia de mi marcha. Ha sido fácil gustarles, pues tengo algunas características personales que se ajustan perfectamente al ideal cultural tetuaní, combinadas con el emprendimiento y la independencia.

Cada vez me estoy acercando más a lo mío y a los míos de nuevo. Estoy creando un colchón para no caer de golpe en la realidad habitual. Lo cierto es que tengo ganas de volver.

"El gato que también espera", Medina,
Tetuán, Marruecos, Mayo 2012.


20/05/12
Una aproximación a la inmersión cultural desde el respeto resulta muy cómoda y satisfactoria.

He disfrutado de una acogida excepcional en el seno de una familia tetuaní. Incluso he aprendido a cocinar una de sus especialidades. Hay brutales diferencias apreciables a la legua, pero no separan. Más bien al contrario. Lo he pasado en grande intercambiando valores y costumbres.

Esta gente tiene la manía de leer las caras con la mirada y asegurar si estás cansado, triste, etc. No se percatan de lo molesto que resulta.


19/05/12
Es tan difícil fingir ser parte de algo de lo que no eres parte… Sobre todo si ni en tu propia cultura participas de ciertas prácticas sociales.

Deberíamos temer a la música, pues su potencia es capaz de despertar viejas bestias y hacernos pasar por una vorágine de emociones que desemboca en vacío.

¡Cuán patéticas resultan  a veces nuestras ansias de eternidad! Resulta curioso observar al ser humano como perpetuo “capturador” de secuencias espacio-temporales, en su vana pretensión de materializar el presente, su pasión y su intensidad, embotellándolas para poder respirar su aroma el resto de sus días. Pero… ¡Ay de lo que no guarden nuestros sentidos!


17/05/12
Intentar comprender lo que no has sido educado para entender o lo que es tan diferente es como si la información que te llegara te arañara. Como si aquí fueras alguien terrible por haber hecho cosas que en tu país fueron insignificantes y quizá allí seas las que menos lo hace, pero de alguna manera aquí te juzgas a ti misma.

Hoy me han intentado robar, pero no sólo algo material. El proceso de apertura mental se hace duro e intenso a la par que interesante.

No yerro cuando llamo a esta tierra “la ciudad de la esperanza”, pues el Islam les induce a esperar siempre de la vida, además de a esperar algo favorable después de algo desfavorable. Y esperan con una ilusión admirable.
"La chica sonriente de azul", 
Plaza de Bab Okla, Tetuán,
Marruecos, Mayo de 2012.

16/05/12
Da gusto conocer a magnates machistas que discriminan a sus propias hijas y que van de progres. No tener pene supone que pregunten al que está a tu lado a qué te dedicas delante de ti y, además, que el otro conteste (no sé qué tiene más delito). Y tú mirando con una cara de medio asombrada y bobalicona con unas ganas cuasi incontenibles de vomitar en la cara al personaje. Que a nadie se le ocurra preguntar de dónde viene la ira contenida sugiriendo que tiene que ver con mi actitud.

Cada nuevo contacto podría suponer una oportunidad de crecimiento, de negocio o de proyecto social; y es entretenido y hasta divertido establecer contactos aquí, aunque a veces dañen la dignidad de uno.

Hoy me he percatado de que basta ponerme en contacto con alguna bazofia enervante relacionada con mi país y se destapa el cubo de odio generalizado quedando impregnado el ambiente con su hedor y dificultando el ejercicio de la actitud de dulzura conveniente que estaba sobrellevando con relativo éxito.

15/05/12
No estás para comerte la yema de mi huevo. Y si no hay nadie que la contenga o me ayude a consumirla se derrama formando un auténtico desastre (como la ira).

12/05/12
Los paisajes esconden fascinantes maravillas que impresionarían a cualquiera, y en particular a los que creen que Marruecos es un desierto.

La vida social nocturna resulta apabullante en las pequeñas villas colindantes a Tetuán. Muchos jóvenes y algunas familias disfrutan en las terrazas divisando el mar. La vorágine de coches recuerda a los pueblos costeros españoles durante la época estival. Y la brisa acompaña con su susurro.
"Intensidad y azul", Amsa,
Marruecos, Mayo de 2012.

10/05/12
El asociacionismo es aquí una realidad extendida y desarrollada, aunque las entidades no tienen todo el poder que debieran para promover cambios.

Tarde de luz abrumadora en las calles. Me percato del andar particular de los hombres, sobre todo los de mediana edad. Parece que tuvieran muelles en los pies, pues dan saltitos ladeándose ligeramente.

Las personas mayores tienen una alta presencia en las calles y en las actividades comerciales. Van y vienen, traen y llevan. Venden y miran al tendido, como si un estímulo fijo les engatusara. Muchos de ellos padecen un visible deterioro físico. Se tumban en las calles de lado, como muchos de los hombres de casi cualquier edad que comen pipas o pueblan simplemente los espacios públicos. Se trata de una forma de tumbarse que bajo ningún concepto encontraría cómoda.

Las campesinas pasean por la ciudad cargando lustrosas cestas. Son perfectamente distinguibles gracias a su particular indumentaria.                                                                           
"Observación perpetua", Plaza de Bab Okla,
Tetuán, Marruecos, Abril de 2012
.
08/05/12
Como suelo decir, en África no existe el tiempo. Realmente su existencia no es comparable a lo que culturalmente soy capaz de entender como tiempo. No es que esto me enfurezca, simplemente cambia muchas cosas.

Adaptarse al ritmo de los tiempos sin ley produce contracturas vitales. El cansancio se hace presente. Quizá esté poniendo excesiva pasión en esta gratificante experiencia.

07/05/12
Hay cosas que no cambian. La luna sigue tratando de hechizarme y me cuesta mucho resistir.

Una vez más siento que se me otorga un reconocimiento el cual no estoy segura de merecer. Y la vida, como siempre, con su infinita oferta de alternativas.

He necesitado escupir algo de ira, puesto que como suelo reconocer, mi persona no se caracteriza por la tolerancia indiscriminada.

06/05/12
Maravillosa es la fortuna que me hace contar con la capacidad de disfrutar de casi cualquier situación. Ese ápice resplandeciente de esperanza que aparece en cualquier momento.

"Plenitud", playa de M'diq (Rincón), 
Marruecos, Mayo de 2012. Foto por: A. Moudden.

05/05/12
La vida aquí empieza a ser algo más estable, aunque aún no haya grandes rutinas establecidas. La vida social parece más normalizada, aunque sigue existiendo un punto de incomodidad en el que suelo pensar: “estaría mejor sola”.

Intento conjugar el día a día con la conservación de la integridad de la torta y con el barniz resulta algo más fácil.

Aquí los ritos y costumbres están más instaurados, los comparten muchas personas y ostentan oficialidad. Allí hay más diversidad en lo religioso, por ejemplo, que además no está tan ligado a la vida pública.

04/05/12
Hoy, con algo de ayuda, he intentado barnizar la torta, tras arrebatársela a ese crío. Veremos qué ocurre.

03/05/12
¿Sabes lo que son esa especie de tortas finas que están hechas de ese papel que se come? ¿Puedes imaginar a un pequeño niño, de unos cuatro años, sujetando una de esas grandes tortas con respecto a sus diminutas manos, y pellizcando la torta para llevarse los trozos a la boca, a la vez que deja pequeños y desiguales marcas en la torta? Pues siento que mi identidad es ahora esa torta, en manos de quien  no la merece, de un gigante que no sabe manejarla y no puede con ella; haciendo de ella una mermada y antiestética torta, tan frágil como el papel comestible. Y lo peor: está empezando a llover.

02/05/12
Sigo sin identificarme con mi género (tampoco aquí) y cada vez es más difícil expresarlo. Se da recurrentemente la invasión espacial, pero también la toma de decisiones no democrática. La incomunicación es terrible y no comprendo por qué a pesar de ello hay personas interesadas en mantener contacto conmigo.

No paso por alto que una peluquera plante una alfombra en medio de una peluquería, se ponga la chilaba encima de sus ajustadas ropas de andar por casa, y se ponga a rezar en numerosos momentos de la tarde. Tampoco puedo olvidar lo absurdo que me resulta que no se pueda entrar en una mezquita por tener la regla, sin haberse lavado la vagina tres veces previamente.

"Tarde en el parque", Tetuán, 
Marruecos, Abril de 2012.

01/05/12
No puedo parar de pensar en nada, de soñar, de dormir, de no querer tomar tantas decisiones, de llorar repentinamente y no tener ni idea de por qué lo hago. Necesito algo más de control sobre lo que me ocurre. ¿Extraño los vínculos? ¿Me falta algo indispensable? No entiendo nada y me siento vulnerable.

Hoy he abrazado tu mensaje buscando apegarme a algo. Ya no tiene ni la pureza ni la viveza que tuvo aquella vez. Ya no hay sentimientos que respalden tu mensaje. Hoy, he abrazado al aire.

30/04/12
Da verdadero placer ser considerada como una profesional investigadora respecto a mi antigua consideración de alumna de prácticas. Parece que lo que afirmas tiene criterio y demuestras credibilidad.

La explosión de confianza que he tenido que compartir hoy ha resultado favorable a la par que incómoda. Las mujeres hacen uso de la piscina cual lugar de encuentro social y acabar de cruzar un saludo con alguien parece suficiente para ser invitado a todo, compartir amigos y que te propongan mil planes.

La imposibilidad de comunicación se hace evidente favoreciendo una insoportable impotencia que acaba saturando.



La feminidad invade los espacios “de mujeres” alcanzando a provocarme asco y repudio. Esta sociedad está tan segregada…
 "Las tumbadas diarias en el parque 
   -o en cualquier otro lugar-", 
  Tetuán, Marruecos, Abril de 2012.

                                                           "Apacible senectud", Plaza de Bab Okla,Tetuán, Marruecos, Mayo de 2012. 

29/04/12
Te embriaga la duda. No sabes a cuál de las adorables viejitas comprar hierbabuena, huele tan fresca…

Luego vas en busca del único puesto en el que ofertan un queso similar al habitual y el tendero se ha marchado a rezar, dejando solo el puesto. “Sólo tardará 15 minutos”, dice el tendero del puesto de en frente…

Persiste la emoción, pero no evita los ratos de tedio ni la sensación de frío irreal derivada de una soledad cuasi sepulcral. Esta sensación coexiste con otras reacciones fisiológicas, como el dolor de cabeza esporádico y momentáneo producido por el exceso de luz, el vómito por el rechazo a la suciedad y el agobio, los pómulos ardientes y las ondas del pelo que favorece la humedad de entre el 50 y el 70%.

Me he descubierto pretendiendo conectar con el pasado para sentirme acompañada, destapando incluso recuerdos peligrosos. Me sumo en un estado de susceptibilidad que podría alcanzar la vulnerabilidad. El ambiente es muy diferente, mis circunstancias extrañas y la adaptación resulta dura por momentos.

Si una mujer española de 28 años me dijera que tiene miedo de vivir sola pensaría que sus padres hicieron algo mal, lo percibiría como algo ciertamente disfuncional y grave. Aquí, en cambio, esta circunstancia puede ser habitual, culturalmente.

"Incursión de luz en la Medina", 
Tetuán, Marruecos, Mayo de 2012.

28/04/12
Tan sólo seis días en esta fascinante tierra y tengo la sensación de llevar mucho más tiempo respirando sus aromas y disfrutando de los preciados retratos que me brinda cada día. La cámara no es capaz de captarlos, pues se trata de una realidad que no es perceptible sin presencia física o sin actitud receptiva.

Hay una luz que invade la ciudad, la vida, e incluso los sueños de esta humilde viajera. Puedes tratar de esconderte de la luz, pero será imposible lograrlo. Cada rincón queda impregnado.

Ciertos gigantes en forma de montañas custodian la ciudad, enmarcándola en un paraje incomparable.

Los sombreros de las campesinas del extrarradio y sus ropas superpuestas dan color a una postal que ya me resulta familiar.
Me falta cierto tipo de interacción social cómoda y sencilla. El idioma supone una barrera firme.

La diversidad se hace presente en cada instante. De nuevo esa apreciación que hice la primera vez que pude mirar, oler y pasear esta tierra. Enrabia pensar en la ignorancia de algunos compatriotas respecto a este punto.
Siento que puedo aprender de cada imagen, de cada sonido, de cada mirada, de cada paso…

"Gigantes custodios", 
Tetuán, Marruecos, 2012.

27/04/12: Cada rincón, un retrato
Entre esas siete puertas hay un mágico entramado, un amanecer y un atardecer vivos. Hay viveza en cada suspiro, en cada mirada, puede olerse la cáscara de pipa de aquel hombre tumbado en la hierba, puede oírse la sonrisa de aquellos niños, las carcajadas cómplices de esas jóvenes… Muchos de ellos, la mayoría, personas cargadas de esperanza (como el color de su ciudad), dispuestas a ofrecer mucho por cada uno de sus proyectos vitales. Verdaderamente ilusionante.

"Arcos en la Medina", Tetuán, 
Marruecos, Abril de 2012.

26/04/12
Hoy he tenido que elaborar una coartada para disfrutar de mi autonomía.

Me alegra la confianza que depositan en mí estas gentes. Es reconfortante. Me siento integrada en el sentido de a gusto con mis intervenciones, que son acogidas, a la vez que velo por un bienestar que me otorga el mantenerme conectada con lo mío.

25/04/12
Me fascina cada detalle de esta mágica ciudad. “¿Sola?, ¿tú sola?” No debe ser normal. Tintes de diversión derivados de la no comprensión comunicacional. Los ritos en torno a la muerte parecen similares a los nuestros.

Mi casa, mi organización. Estoy disfrutando de cada decisión propia y de la gestión del tiempo que más me favorece. Sigo soñando con un futuro relacionado con lo que estoy viviendo.

Las personas que trabajan en la entidad son felices, les contenta su trabajo. Las familias muestran profundo agradecimiento a las profesionales y los niños disfrutan en las instalaciones. ¡Cómo no va a parecerme genial un entorno tan “idílico”!

No siento la soledad hoy tampoco. Siento que me he convertido en una persona muy resolutiva.

La mayoría de lo que me ocurre durante el día es fabuloso y no me aburro ni un segundo. Espera, que además hoy dormiré sin ruidos. Este silencio me trasporta a mi hogar.

"Bab Jiaf: la postal matinal" 
(Antigua "Bab Sefli", La puerta de la horca), 
Tetuán, Marruecos, Abril de 2012.

24/04/12
Esto es más cómodo y más fácil de lo que imaginaba. Me siento libre, y con muchas ganas de conocer rincones. Esa sensación de soledad que ayer me atrapaba por momentos hoy no ha aparecido.

Estoy muy atenta a los estímulos, y desconfiada. He creado un escudo protector que parece efectivo. No me siento incómoda, no hay miradas desnudantes (tantas como preveía), tengo bastante autonomía, y abro sobres de aire de cotidianeidad al gusto. Creo que he creado un ambiente entrañable.

Me han ofrecido mucha información, con gusto. La comida es excelente. Y la compañía agradable (a pesar de la total falta de confianza y los pronósticos).

Este país es increíble. La Tierra Roja ahora aún es verde, aunque no hay más que hurgar un poco para que asome el tono rojizo característico.

Esta mañana, por un momento, me he imaginado gestionando un proyecto de cooperación aquí. Tengo tanta ilusión…

23/04/12: llegada
Acogida cálida, como era de esperar.
Primer intento de limitar autonomía, ¡vedado!
Aromático y dulce paseo por la ciudad. Navegas y te mezclas con las gentes, que no parecen fijarse en las diferencias que os separan. Te reconforta pasar desapercibida.

Resulta divertido hacerse entender para las compras de la cena. La casa es grande, algo fría, quizá.  Habito con acordes y ajuste del mobiliario. Me siento cómoda y capaz.


Los pasos previos…

Viernes, 6 de abril de 2012
No termino de sentir que puedo confiar en ellos. Tenemos un esquema de la realidad tan distinto… La mentira, por ejemplo, forma parte de la relación amistosa y se entiende sin connotación negativa, incluso cuando es evidente e incluso ofensiva para mí. No sé cómo llevaré esto.

Me siento sofisticada y refinada entre estas gentes cuando lanzo palabros por colárseme el pie en un charco, chocarme con alguien en la ciudad o por oler los pescados en el mercado de las medinas. Tendré que desplegar todas mis habilidades adaptativas.

Jueves, 5 de abril de 2012
La entidad es enorme y parece seria.
Me siento vacía de autonomía en muchos momentos. Tengo la sensación de que esta gente, por amabilidad es capaz, si te dejas, de programarte la vida.

Miércoles, 4 de abril de 2012
Tras un peligroso trayecto con el coche alquilado, llegamos a la que pronto será mi ciudad de residencia durante un tiempo. Se puede ver mucho movimiento, la ciudad está insertada entre montañas y el paraje es agradable.

La acogida resulta más cálida de lo esperado. Crecen mis expectativas, me ofrecen opciones. Creí que tendrían todo más planeado. Los miedos crecen y disminuyen por momentos.

Confío en estas personas. El aspecto del piso es mejor de lo esperado y parece que por venir sola y ser hija de mi padre voy a tener un trato deferente. No sé si podré soportar lo cargantes que resultan a veces. Quieren agradar permanentemente.

Lunes, 2 de abril de 2012
Un día muy intenso. Por la mañana nos envuelve un nublado ambiente y una lluvia atroz que termina enseguida, permeando la incesante vida social de la medina de Tánger.

Algunos valientes intentan guiarnos y se sorprenden ante nuestro conocimiento del entramado urbano.
Intenso paseo repleto de estímulos de color, movimientos, gestos, voces, etc.

Cae la noche y volvemos dando un agradable paseo. Agradable hasta la incómoda interrupción de uno de “los niños de la playa”, que pretendía vender mientras inhalaba disolvente. Verlo impacta a pesar de esperarlo y saber que ocurre.
El contraste de zonas y de “clases sociales” es bastante evidente.

Domingo, 1 de abril de 2012: Una plenitud extraordinaria
Llego y, a pesar del pronóstico de lluvia, el sol me recibe. La hospitalidad se hace presente desde el primer minuto, aunque eso no es nuevo para mí.

Habiendo visitado diversas ciudades del universo árabe podría afirmar que en Tánger puede apreciarse una dicotomía interesante. Por un lado, se encuentran los religiosos que, sin ser extremistas se empeñan en mantener una tradicionalidad impecable que luego resulta no ser tal cuando se rasca un poco. Por otro lado, magnates y gente viajera que muere por traer el “progreso” en sentido de europeización. Esta combinación favorece un mosaico interesante.

El caso es que no he podido borrar mi sonrisa. Esa que lleva días instalada en mi rostro. Resulta que he conseguido lo que me había propuesto tras mucho esfuerzo y con bastante ayuda. Y la satisfacción plena es inevitable y genial. Cierto es que luego no sé cómo de cómoda y agradable será mi estancia, pero conseguí llegar.

No puedo dejar de pensar en cómo será vivir sola en una de estas ciudades. Me asalta cierto miedo ante mi posible imperceptibilidad del peligro y otros riesgos (diferencias culturales), pero estoy contenta. Me ha agradado casi todo lo que ha ido pasando a lo largo del día.


5 comentarios:

  1. Ahora tengo mejooooooor amiga en el mundo y mejor persona que vieron mis ojos mi hermanita diana hemos pasado algunos dias juntas Tenía la esperanza de ser el más largo pero es la vida....espero que verte
    tan pronto te deseo lo mejor ... y mucha suerte y mucho exito en tu vida... y mille gracias por todo bss fuerte

    ResponderEliminar
  2. Wow! you are in Morocco. We love Morocco. Wishing you happiness too

    ResponderEliminar
  3. I was in Morocco but now I'm at home again, in Madrid, awful Madrid. Living in Morocco was really amazing!
    Thank you for visiting!

    ResponderEliminar
  4. No se si me abruma más la tierra roja, la verde o la azul; o sin embargo la gris y cristalina de las ciudades alocadas. Yo creo que no es dónde o cuándo, sino con quién. Con quién primero en el sentido primario de uno mismo, quién eres, qué quieres, qué esperas... Podría ir con mil personas y encontrarme solo, podría ir sólo y compartir mil vidas. Indudablemente y en primer lugar dependerá de nosotros, de tí y de mí... Beso!

    ResponderEliminar
  5. Hay mucha belleza en tus palabras. Habres mi imaginación... que desea sentir lo mismo que has disfrutado en esos maravillosos lugares. Precioso, Diana. Jose Ángel Gutiérrez Herrero.

    ResponderEliminar