lunes, 29 de agosto de 2016

Noche de Blues

En el vaivén de la noche, la música se hace protagonista. La mente sostenida vibra en clave de Fa, esperando su momento de lucidez, un ávido impulso que genera movimiento y viveza, felicidad, quizás. Los acordes de un pensamiento se pierden en el pentagrama más laberíntico de la historia de las melodías. 

Me alegro de haberlo conocido. Se llama Blues y tiene historia (aunque más que historia, es un poema). 

Noche bulliciosa y calurosa, seca, en una ciudad que parece extinta. En un agosto que, como cada año, vacía las colmenas, liberando nuevos aromas y regalando algo de descanso a las aves urbanas. Menos mal.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Tú estás aquí

Voy a volver a LA playa para que nos reencontremos, después de algunos años. 

Quiero volver a respirar esos aromas de bruja que siempre llevabas en el bolso. Sí, esos que siempre te decía que olían a vieja, preguntándome porqué los llevarías si tú para mí nunca fuiste una vieja. Quiero que me pongas piedras grandes y mágicas por todo el cuerpo y me guíes en ejercicios espirituales de esos que siempre sentía pero nunca comprendía del todo. Quiero volver a sentir esa confianza ciega y sorda en alguien.

Deseo ser otra vez esa niña que corre por la playa, esa que se sorprende y ríe al ver unos senos descubiertos; esa que salta al lado de las pulgas en las dunas que bajan a las siete playas colindantes. Quiero llorar viendo esos atardeceres de película derritiéndose sobre mi rostro inocente. Sentir que me lleva el viento al lado de ese santuario rodeado de acantilados en el que parece que se detiene el tiempo y las grandes y viejas piedras nos hablan. Recorrer las rocas e imaginarte detrás de mí -como siempre-, vigilando cada paso y recordándome que a la naturaleza no se la ha de temer, pero sí respetar.


Quiero tumbarme en la arena a esperar que prepares tu empanada casera y, si algo "me ha caído mal", aquella merluza con pimentón y el jarabe de higos que siempre me hace recuperarme de casi cualquier malestar.



"Tú, en LA playa" (Galicia, 2008)

Esta mañana mi padre ha ido muy temprano a buscar a ese pescador tan huraño y viejo que vara su pequeña barca en el puerto del pueblo. Seguro que hace nécoras cocidas para completar el menú, ya sabes que le apasionan.

Mamá está, como siempre, en la playa, y hoy tiene ese brillo que se le pone en los ojos cuando toma el sol y baila con la brisa fuerte que trae olas incesantemente. 

Esta tarde iremos a conocer una nueva cascada, un río o algún monasterio. O haremos manualidades. Y lloverá, te oiré decir que nuestra alma se purga con pequeños gestos como salir a sentir la lluvia (cuánta razón tenías, mi gran maestra).

Esta noche cenaremos en la caravana, ese pequeño rincón en el que nunca me recuerdo triste (como la infancia). Jugaremos a algún juego, harás trampas y me reiré mucho de los enfados del resto. Después no ganaremos y explicarás que hiciste trampas para enseñarles que así es como no se gana. Nadie te comprendía en realidad, pero eso no te hacía infeliz. Yo siempre estuve en tu equipo, mi admirada bruja.

¿Mañana vamos a ver a tu hija la escultora a la aldea? Me gusta ir a verla porque se la ve feliz, en el campo, con su entrañable compañero, bondadoso y sonriente, y todos los perros, rodeados de obras de arte.  Además, son muy buenos anfitriones y siempre me lo paso genial (¿Nuestra última foto no fue en ese maravilloso hogar?). Tus hijos también son una obra de arte, querida, la tuya. 

¿O tienes que trabajar mañana? Vamos a la ciudad, entonces, a casa de alguna dama adinerada a resolver sus problemas cutáneos o simplemente a iluminarle el cutis. Ya sé que debemos hacer justicia en el día a día dadas las circunstancias que hay, en las que no se puede confiar en el sistema; pero no le cobres de más a la señora que me da bizcocho de chocolate, por favor, que me da mucha vergüenza. 
Quiero ser tu ayudante, aprender los trucos, ¿esa hierba es de este país o la traes de fuera? Mi madre siempre me decía que debía aprender tu oficio, porque estaba en extinción. Lo que no sabíamos entonces es que tú te extinguirías con él.

¿Qué toca hoy, entonces? ¿Vamos a ir a la ribera del río a coger esas ramas de hojas láceas con las que prepararás la crema anti acné de la rubia de la avenida principal de la ciudad? ¿Vamos a dar un masaje a algún infeliz en la "herboristería" donde me hacen regalos porque soy "una pequeña muy especial que promete"? 

No, hoy mejor te voy a hacer una petición: tomemos un pulpo en el centro y después, en la noche, vayámonos a una de esas teterías árabes de las afueras, rodeadas de pubs poblados de desalmados esclavos de una vida nada reflexiva.

Cualquier momento era bueno para divertirse, aunque estuviera protagonizado por una tragedia; sabíamos reírnos del mal haciendo el bien, tan pedagógico y cruel, tan moral como mezquino.

Jamás imaginé que una muerta podría estar tan presente. Tú estás aquí, a mi lado (nunca has dejado de estarlo); como una estrella que, brillando lejos, ilumina mi camino. Eres tan útil como ayer. Y te quiero tanto como siempre.

Nos "vemos" en LA playa, en unos días.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Noche es inspiración, verano, reflexión

A veces solo espero que el día pase; espero, tenue, a la noche y su quietud, su solemnidad y su templanza.

La noche está llena de metáforas. La luz nace de la oscuridad y la soledad es atropellada por pensamientos que acompañan.

¿Qué es la noche, sino la alegoría de lo que somos? Contradicción, quietud repleta de tempestad. Luna penetrante, como el dolor que solo ataca fuerte cuando uno está solo. Aullidos sonoros en los que la naturaleza nos envuelve y nos recuerda que tenemos varias madres en realidad.
Noche es cuando un escarabajo te mira de frente y te pregunta cuál de las, ahora identificables, infinitas tonalidades de verde te gusta más. Noche es inspiración, verano, reflexión.

Noche es estar contigo o sin ti, pero feliz. Noche es luna. Luna es mujer, inmensa y reluciente. Luna es carisma y energía. Luna es el reflejo de quien la sabe contemplar.

Recuerdos frágiles que atormentan la mente a la vez que alimentan el alma. Como ese olor a hierba mojada, como esos susurros de madrugada.

Noche es parar, noche es respirar.