Querida:
Te vas, y no todo iban a ser rosas. No sé si huyes o sólo
marchas, pero espero que en el otro lado encuentres la paz que anhelas. Te
conformas con bien poco. Lo sé. Y me parece raro.
Nuevamente siento esa distancia de todos vosotros, acompañada
de una altura que permite la vista global. ¡Qué gran pérdida de tiempo
entretenerme con vuestros argumentos!
La mísera calidad humana me da lástima. Quizá espero algo mejor
para ti. Tal vez éso busques. Que “lo mejor” hasta ahora sea ésto que tienes me
preocupa. Alguien que se despide de ti de patética forma no merece el título
que ostenta. Mucho mimo barato y poco estar ahí. ¡Qué pena! Pienso que mereces
mucho más, pero no puedo entretenerme.
Te deseo lo mejor, dulce y sonriente doncella del sur. Sé
feliz. Te espero entre fantasmas iracundos que hierven, a ratos, mis entrañas.
Francia, Julio 2015. |