viernes, 26 de septiembre de 2014

Es inminente

Tal y como surge la interacción, la cárcel de cristal se agranda por momentos.
Quizá sea invisible para muchos, pero también muy sentida por tantos otros que la padecen en sus diversas formas.
Hallarse bajo un techo no es estar bajo unas faldas, querida. Comprende, por favor, que ya no soy esa niña que tus ojos imaginan pretendiendo seguir divisando.
Algún día me iré, y no sólo físicamente. Deberás estar preparada, pues es inminente.
Comprende que poner tus alas por encima de las mías, además de protegerme, entorpece un vuelo que merece ser libre.
Lo contrario hiere mi integridad.