Cadáveres con boca, parlanchines, que, cuando hablan solo reiteran
ideas trilladas, sin apenas nuevos planteamientos, sin cuestionar los viejos
postulados.
Ya sabemos ‘blabla’. Dejad de repetirlo como si sirviera de
algo. Los que estamos aquí, en este <<grupo>>, en este punto, ya
estamos convencidos.
La decrepitud exhala su característico y tormentoso hedor, histórico
productor de lágrimas y dolor.
La composición espacio-temporal es un teatro podrido. “Pero
tú, ¿qué sabes del tema?” Debe ser que el carisma no tiene mérito.
¿Acaso debo jubilarme?