viernes, 20 de abril de 2012

Alto riesgo de peligrosidad

El odio generalizado irrumpe en mi realidad diaria de las maneras más inesperadas. Esa terrible opresión se va acumulando hasta alcanzar una presión que al hacerse insoportable, brota de cualquier manera. Llega la insensibilidad, la frialdad de sentir que no te duele dañar. Roza lo patológico. Pero la opresión asfixia tanto… Asfixia incluso literalmente. Suspiras, quizá esperando que esto pase. El suspiro se funde con las respiraciones angustiosas; cuesta respirar y sientes que el aire está contaminado, que te están envenenando vilmente. 


Ha vuelto a pasar, el odio se ha apoderado de ti y estás dispuesto a casi cualquier cosa. Surge una imperiosa necesidad de canalizar estas fuerzas hacia algo sano, descargar ese odio a tiempo para que no lleguen a suceder tamañas desdichas.

¿Acaso ha llegado la temida deshumanización?

1 comentario:

  1. Al individuo que visto para los demás, está loco o enfermo, le pueden pasar dos cosas:
    1. Está enfermo de verdad o
    2. Es un genio que distingue perfectamente realidad y ficción.
    En el momento en el que la realidad y la ficción se juntan homogéneamente hay que sentarse y parar a pensar detenidamente qué es lo que realmente está ocurriendo.
    Hay que estar completamente sano mentalmente para fingir ciertas aptitudes. La "insanidad" siempre estará a la vuelta de la esquina en cuánto haya un mínimo de duda.

    P.D: La deshumanización es relativa. (Ya te explicaré mi concepto)

    Jevys Dasein

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