lunes, 1 de junio de 2015

Democracia sentimental

Durante aquellas tortuosas elecciones te seleccioné como mi candidato favorito para acompañarme, al menos, unos años. Todo era casi perfecto. Pactábamos miradas cómplices y hacíamos referéndums con besos apasionados. Sí. No. Más. Menos.

Y, cuando estábamos lejos, nos extrañábamos, pero nunca pensamos en dimitir; nos habíamos acomodado. Luego vinieron la corrupción de la distancia y la rutina, que pretendían quebrar el sistema; pero un proyecto político tan consensuado y comunitario no es tan frágil y vulnerable.
Volvimos a hacer referéndums de viajes inhóspitos y experiencias palpitantes, votando la perfección de los lunares de nuestros cuerpos. Un programa electoral da para mucho: salud, educación, muerte, vida.

Estoy contigo. ¿Sigues conmigo? Cada día reelegimos a nuestro candidato, acordando cada gesto. Democrático. Sentimental. Apasionado y racional. Semántico. Erosiona las papeletas de mis urnas. Girémoslas 360 grados. Reinventemos juntos la democracia, tumbados en tu cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario