lunes, 29 de agosto de 2016

Noche de Blues

En el vaivén de la noche, la música se hace protagonista. La mente sostenida vibra en clave de Fa, esperando su momento de lucidez, un ávido impulso que genera movimiento y viveza, felicidad, quizás. Los acordes de un pensamiento se pierden en el pentagrama más laberíntico de la historia de las melodías. 

Me alegro de haberlo conocido. Se llama Blues y tiene historia (aunque más que historia, es un poema). 

Noche bulliciosa y calurosa, seca, en una ciudad que parece extinta. En un agosto que, como cada año, vacía las colmenas, liberando nuevos aromas y regalando algo de descanso a las aves urbanas. Menos mal.

2 comentarios:

  1. El lenguaje musical tiene la virtud de no necesitar intérpretes para que el ser humano sepa lo que se esta diciendo. Los sabios que lo practican son capaces de comunicar de un modo que no saben lograr sin esa útil herramienta.
    Cuando hablan las guitarras, ¡¡A CALLAR TODO EL MUNDO!!

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