viernes, 28 de abril de 2017

Victorias en soledad

Si bemol. 

Mañana es el último día que voy a madrugar tanto. Mañana se acaba todo. Bueno, casi todo. Un nuevo camino se abre ante mis ojos y mi tesón quiere levantarme el pie para empezar a andar. Y, entonces, siento de nuevo ese vértigo. Incertidumbre, vieja amiga, viene a visitarme. Y le abro la puerta gustosamente, le preparo un té verde y mientras, ella me habla de los caminos posibles.
Y sí es como empieza el primer día del resto de mi vida.

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