miércoles, 17 de agosto de 2011

Foto: "Temerosa ante la inmensidad", Mar Mediterráneo, Abril 2011.

12.4.11 (Alta mar, Mediterráneo): Inmensidad
Confundiendo la inmensidad con la infinitud padezco cierta ansiedad que se traduce en angustia.
Estamos permanentemente limitados. Nuestra habitación, el espacio en el que solemos sentirnos más libres y más nosotros, está limitado. La casa, tiene límites, la región, está limitada. Todos los espacios y procesos en los que nos desarrollamos como seres humanos tienen límites.
En el momento en el que la inmensidad rompe esos límites, inundando nuestra percepción, perdemos las referencias espaciales limitantes. Físicamente percibimos espacio. Sólo éso. La angustia invade el ser al perderse los límites. Creo que no es fácil de explicar. Se trata de una sensación  inevitable. Cuando buceas, y descubres mirando a los lados que no existe horizonte alguno, que flotas en la nada. No hay límites perceptibles, y llega la ansiedad.

13.7.11 (Asturias): La insignificancia
La profundidad del mar se hace reflejo, recordándome todo lo que existe dentro de mí, revolviendo viejas consideraciones que parecen ya constituir toda una teoría.
Tú me dijiste muchas veces que formaba parte de la Naturaleza, pero no imaginé que algún día llegaría a sentirme incapaz de vislumbrar los límites. Es realmente inmensa, y fuerte y poderosa. Tanto que me hace percatarme de la insignificancia del ser humano frente a su supremacía.
En realidad ese trillado postulado que nos dice: “el ser humano domina a la naturaleza” es otra de esas mentiras que creamos para creer y para que ‘los malos’ se convenzan de que deben tener consciencia y deteriorar responsablemente (algo sumamente imposible).
La armonía que se siente cuando convives envuelta en Naturaleza es similar a la paz espiritual de la que hablan algunos creyentes. Una conexión vivencial con algo fuerte y grande, que te atrapa. El infinito se hace presente volviendo a angustiarme.
“Pureza”, dices, muy bien utilizada. Una se siente limpia de impurezas, renovada, llena de aire ligero, vacía de todo lo que sentía dentro. Esta excepcional sensación que me invade ahora mismo no debería olvidárseme nunca.



2 comentarios:

  1. Límites únicamente hay en esta dimensión, y porque los pone el ser humano ;)
    Por cierto, me ha encantado leer algo que escribieses en tu cuaderno de viajes durante el tiempo que estuviste en Asturias. Según lo leía me imaginaba a mí en la habitación de al lado, a pocos pasos de ti, mientras tú plasmabas tus sensaciones en tu compañero rectangular.

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  2. Tienes razón en éso de los límites.
    Me agrada saber que sigues ahí ;)

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