Salir a
flote es complicado ante una invasión tal. El negativismo se ha apoderado de
los seres que componen el país y muy pocos son capaces de no someterse a la
dictadura del negativismo austero y deprimente.
Algunos
tenemos una disposición mental invadida por sueños, por ideas e iniciativas que
pocos consideran viables hoy pero que no por ello dejan de recrearse en
nuestras mentes jóvenes e inquietas.
Individuos
que se encuentran más fuera del sistema y más alejados de la vorágine
negativista podrían animarte, si les queda algo de vida y entusiasmo. El resto,
seguirá con su “es que la cosa está tan mal…” El eterno lamento que no lleva a
nada más que a la queja permanente, que sólo induce a más negativismo.
Muéranse ya,
joder. Dejen de apagar velas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario