jueves, 27 de diciembre de 2012

Una identidad que huye

De nuevo esa temida sensación invade mi ser. Un desapego de mi propia esencia que se hace fuerte a cada suspiro. 
Me veo marchar, como si no pudiera hacer nada por evitarlo; como cuando de niña se me soltó aquel globo de helio que voló lejos de mí. Sólo que la identidad es un globo que al marchar desgarra y deja heridas abiertas. Te hace débil ante contratiempos, acrecienta la inseguridad, mermando tu control hasta un punto intolerable. Y allí está Impotencia para frustrarte y luchar contra tus intentos. Es tan duro ir en contra de tu propia realidad interna que a veces hasta da pereza existir.

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