Veo su luz en el brillo de
vuestros ojos. Veo su cruz en cada lucha. Siento su calor en cada abrazo, su
apoyo en cada sonrisa. Su sinceridad y franqueza en mi conciencia. Veo su
ilusión en mi empeño, en mi confianza.
Cada una de las piedras que
guardó con mimo, que clasificó con esmero; es hoy un aprendizaje, un obstáculo
o un apoyo en un largo camino.
Estás viva y conmigo, en cada uno
de los que me rodean, en mí. Tú eres ella. Ella es tú.
Miss Energía es su viva
reencarnación, su símil más perfecto en esta dimensión. Lo es en la constancia,
la ilusión en el futuro, la fe en el cambio, la integridad, la flexibilidad, el
cariño, el apoyo, la sabiduría, el conocimiento, la experiencia. La consejera,
el respeto, la paciencia y un sinfín de virtudes encarnadas en la más pura
compañía.
Te extraño Miss Energía. Y a la
vez te siento tan cerca…
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