sábado, 17 de septiembre de 2016

Siempre te sentí omnipresente

Me dabas la mano y caminábamos, por altas y bajas rocas. Ella se quedaba lejos y nos observaba con cierto temor de madre. Me convertiste en una niña intrépida haciéndome creer que tenía alas, que podía enfrentarme a todo.

"La niña intrépida" ,199... Galicia

Subíamos. Bajábamos. Observábamos el mar, sus idas y sus venidas; todos los animales que estaban presentes en la escena, acompañando el dulce momento en el que aprendí a creer en mis pasos.

Después, un día, me soltaste la mano; pero desde entonces te imagino a mi lado y nunca me siento sola del todo ante la adversidad (siempre te sentí omnipresente).

Por favor, no te alejes. Aunque ya soy mayor todos podemos necesitar que alguna vez nos tiendan la mano.

Eres el padre que hubieras merecido tener. Soy la hija que mereces.

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